Esta receta es tan sencilla que te olvidarás de comprar leche de almendras en el supermercado. La leche procesada en realidad contiene muy pocas almendras y trae otros aditivos que pueden ser nocivos para la salud, como el azúcar en las versiones endulzadas; ciertas marcas contienen carragenina, ingrediente algo controversial, pues su consumo se ha asociado a efectos secundarios en el organismo y a enfermedades como cáncer.
Esta leche de almendras casera es una excelente alternativa para sustituir los lácteos y leches elaboradas industrialmente. Puedes usarla para preparar tu avena, batidos, bebidas, etc. Es saludable, natural y, lo mejor de todo, es que sabemos exactamente qué ingredientes contiene.
- Coloca las almendras en remojo por unas 6 horas o de un día para otro.
- Enjuaga las almendras remojadas en un colador con agua fresca. Desecha el agua en la que las remojaste.
- Retira la cáscara de las almendras presionándolas con tus dedos. La cáscara saldrá fácilmente. Luego esta se desecha.
- Licúa las almendras con las 3 tazas de agua filtrada por unos 30 segundos.
- Pásalas por un colador.
- Toma el afrecho que queda en el colador y pásalo por una tela para quesos (cheese cloth) o filtro de muselina para extraer todo el líquido.
- Coloca la leche en un recipiente, agrega la raja de canela y la vainilla.
- Enfría y disfruta.
- Si necesitas endulzarla, agrega unas gotitas de stevia al gusto o del endulzante natural de tu preferencia.
Puede durar hasta 5 días en la nevera.
El afrecho que sobra lo puedes convertir en harina de almendras colocándolo en el horno en una plancha a temperatura baja para que se termine de secar. Una vez seco, se guarda en un recipiente en el refrigerador. La harina de almendras se puede usar en infinidad de recetas como pancakes, panes, galletas, quesos, entre otras delicias.