Más alcalinidad, menos enfermedad

Una alimentación saludable es la mejor defensa contra muchas enfermedades.

Hoy quiero hablarte sobre la dieta alcalina. La alcalinidad o acidez en nuestro cuerpo se mide a través del pH. El rango de medida del pH va de 1 a 14, siendo 7 un nivel neutral. Se ha detectado que nuestros cuerpos deben estar en un nivel ligeramente alcalino (alrededor de 7.45) para estar en un nivel óptimo de bienestar.

El balance del pH en el cuerpo es esencial para el control y buen funcionamiento del metabolismo y las hormonas. Cuando el cuerpo está muy acidificado (pH bajo), pueden aparecer síntomas como erupciones en la piel, problemas digestivos, dificultad para concentrarse, cabello quebradizo, fatiga, irritabilidad, mucosidad, congestión, inflamación, endurecimiento de los tejidos, bajas defensas, depresión y muchos más.  De igual manera, se crea un ambiente propicio para la aparición de enfermedades graves, incluyendo el cáncer, la diabetes y problemas cardiovasculares.

En términos generales, una dieta alcalina busca reducir la inflamación en el cuerpo, que es la causante de múltiples enfermedades, mediante la reducción de proteínas, azúcares y alimentos procesados. Una dieta alcalina es sinónimo de una dieta anti-inflamatoria.

Mientras más alimentos procesados, comida rápida, grasas saturadas y azúcares ingieras, más aumentará la acidez en tu cuerpo, con consecuencias negativas para tu salud.

Además de la alimentación, otros factores como el estrés, la vida sedentaria, la agresividad y negatividad en nuestra vida, favorecen también la acidificación del organismo.

Beneficios de una dieta alcalina

Una dieta alcalina bien llevada mejorará el pH de nuestro cuerpo y de nuestras células. Nos ayudará a evitar y a combatir enfermedades crónicas de origen inflamatorio y prevenir el desarrollo de cáncer, nos sentiremos con más energía, claridad mental y aumentará nuestro bienestar general.

¿Qué contiene una dieta alcalina?

Los alimentos principales que deben incorporarse en tu día a día son: abundantes vegetales verdes, hierbas, especias, brócoli, coliflor, calabazas, frijoles, lentejas, nueces, raíces y tubérculos, aguacate, limón, entre otros.  En menor cantidad, podemos incluir granos libres de gluten como el arroz. En cuanto a las proteínas, lo mejor es consumirlas unas cuantas veces por semana, incluyendo pescado, aves o res de la mejor calidad posible (criadas de forma limpia o alimentadas con pasto). 

También es importante el consumo adecuado de agua, practicar ejercicio y procurar el manejo adecuado del estrés y de nuestras emociones.

 

Alimentos a eliminar y alternativas

Azúcar

El azúcar es uno de los principales alimentos que deben ser eliminados de nuestra dieta si queremos mantener un balance apropiado del pH. El azúcar, al metabolizarse, crea ácido y genera otros procesos inflamatorios en el cuerpo de los cuales te comentaré otro día con más detalle.

El azúcar, en todas sus formas, aumenta los niveles de insulina en el cuerpo, desencadenando la resistencia a la insulina, asociada directamente con la proliferación del cáncer. 

También debe evitarse el consumo de frutas de alto índice glicémico.

El azúcar procesada reduce el magnesio en el cuerpo, mineral esencial para funciones tan importantes como la fijación del calcio y el fósforo en los huesos y dientes, además de aportar otros beneficios como reducir la presión arterial, regular los ritmos cardíacos y el sistema nervioso, ayuda a disminuir el insomnio, la ansiedad, las molestias musculares, a combatir el estreñimiento, entre otros.

Gluten

El gluten es una proteína que se encuentra en el trigo, el centeno, la cebada y productos derivados de estos granos. Por lo tanto, estos no forman parte de una dieta alcalina. Se incluyen en este grupo las pastas, cereales, pan, pasteles, galletas.

Los alimentos que contienen gluten provocan inflamación y, en las personas con intolerancia al gluten, producen síntomas o pueden desencadenar la enfermedad celíaca, que provoca que los intestinos se vean afectados y el cuerpo deje de absorber los nutrientes que necesita, además de muchos otros síntomas como erupciones y dificultad para respirar.

Lácteos

Los productos lácteos se consideran alimentos acidificantes, cuyo consumo debe limitarse o eliminarse.

Aceites

Para cocinar y aderezar, se recomienda el uso de aceite de coco, oliva y aguacate.  Se deben eliminar los aceites de maíz, soya, canola y girasol que, además de ser producidos muchas veces con plantas genéticamente modificadas, son altamente procesados y preparados a altas temperaturas para extender su duración. 

Se ha descubierto que el aceite de coco tienen un efecto antibacterial y antifungicida, también recomendado en la alimentación anti-cáncer.

A la hora de aderezar sus ensaladas o comidas, elige el aceite de oliva, limón y especias naturales.

Bebidas

Limite el consumo de té y café. Elimine el alcohol, los jugos de frutas procesados, gaseosas y otras bebidas azucaradas.

Prefiera siempre agua limpia (filtrada), té verde o infusiones de hierbas, como salvia y menta o té de jengibre. También se recomienda el agua de coco y el jugo de limón en agua caliente o fría.

En cuanto a los jugos frescos hechos en casa, deben predominar los vegetales y usar frutas en menor cantidad.


 

En conclusión, la mala nutrición, la sobrealimentación y la falta de ejercicio, así como el estrés de la vida diaria, los pensamientos y actitudes negativas y la depresión favorecen la acidificación del cuerpo.

Niveles bajos de pH (exceso de acidificación) en el cuerpo crean el ambiente propicio para el desarrollo de muchas enfermedades, además de provocar su desmineralización, lo cual hará que los minerales que el cuerpo necesita se obtengan de huesos y cartílagos, debilitándolos.

Para lograr un nivel saludable del pH en nuestro cuerpo que nos permita alcanzar un nivel de bienestar y salud óptimo, debes eliminar las comidas rápidas y las comidas fuera de casa en general. Prefiere siempre las comidas hechas en casa con ingredientes de la mejor calidad que puedas obtener.  Aumenta el consumo de vegetales e incluye proteínas de fuentes saludables con moderación.  Elimina azúcares y alimentos que se conviertan en azúcares como harinas, pastas y alcohol, al igual que el gluten, los lácteos y aceites de poco aporte nutricional.

Es sumamente importante buscar el balance ácido-alcalino en nuestra alimentación y en nuestra vida, adoptando las recomendaciones aquí descritas y todas aquellas que favorezcan la alcalinización del cuerpo.

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